
Un libro lírico, intimista y que tendrá casi más existo en los mayores que en los más pequeños. Ana Castagnoli, la autora, dice que “Escribo e ilustro libros de atmósfera melancólica, me gusta pensar que un niño pueda, a través de mis libros, reconocer y aprender a descifrar sus aspectos más frágiles y secretos. Y este libro es una muestra… disfrutadlo.
El libro lo encontró mi sobrina en el cuentacuentos del castillo de San Vicente de la Barquera. Lo tuvo ella unos días en su casa y luego me lo pasó a mí. Yo soy maestra de educación infantil y lo lleve al cole. No es un libro recomendado para niños pequeños, les gustaba más la imagen que el texto pues no lo comprendía. A base de verle, leerle y descubrirle se encariñaron con él. A los adultos nos ha parecido fantástico, tanto el texto como el dibujo, de una ternura espectacular. Después le hemos leido en casa y al final le hemos soltado en el aeropuerto de Parayas para que siga descubriendo caminos.
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